Se ha dicho muchas veces que los perros tienen una especie de poder especial que supera cualquier tipo de conexión animal: la intuición. Ellos saben perfectamente cuando algo anda bien o mal, se dejan guiar por sus sentidos y son capaces de prever distintas situaciones.
Eso es lo que pasó con Champ, un labrador que se acaba de convertir en hermano mayor. Sin duda es un rol muy importante, y él sabe perfectamente cómo tratar al nuevo bebé que llegó a casa. Él estaba tranquilamente sentado en la sala cuando se percató que el pequeño estaba completamente destapado y necesitaba ser arropado.
Champ no lo pensó dos veces y se acercó lentamente al bebé, estaba completamente dormido y no había que despertarlo. Como nuestro amigo de cuatro patatas no tiene manos, usó su nariz para mover una frazada y así logró cubrir a su hermanito.
Menos mal que había alguien más ahí para grabar este lindo acto fraternal, porque es realmente precioso. Es impresionante el corazón que tienen estos animales.
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